El primero en la pandilla en morir.

Jueves después de una noche agitada, Pach al teléfono: ¿nos vamos? Definitivamente, fue la respuesta. A las 17:00. me encontraba en Bs. as con mi la pandilla el equipo de siempre personas que valen mas que el oro, Moreno ahora vive en caballito es como mi hermano, persona de sinceridad como pocas y alma de niño, intenta combatir entre lograr convertirse del todo en una persona “ejectuvimente exitosa” y el verdadero moreno hombre de ingenio y autogestión. Baltar por su lado fue la primera que huyo en el 2009, el invierno es duro argumento una tarde de verano; se veía venir ahora estaba allá y hacia 2 semanas que no la veía. Mujer de fuerte convicción alma de guerrera diseñadora apasionada, siempre al pie del cañón. Cuando les comunique que llegaría el jueves no lo dudaron, caballito mi segundo hogar. Así como dos mas dos es cuatro, Hinos+ Moreno+ Baltar igual dinamita. El caos y el orden. La mente, la razón y las piernas.
El primer punto de encuentro fue lo del peruano, el restaurant habitué, buena comida mejor servicio, buen precio, no puede fallar: Estaba cerrado. Cenamos, nos pusimos al día, reímos, discutimos, reprochamos, soñamos, como todos. De pronto el mensaje inesperado, ella: se que estas acá, veámonos ya pasaron 3 años. Intente disimular la situación pero mis amigos me conocen y saben cuando sufro de ansiedad, les comunique que era el momento y lo supieron entender todavía teníamos varios días por delante con la pandilla. Opte por lo desconocido/conocido, el rencuentro, Núñez queda lejos de caballito opte por manejar y fumar, así acostumbro a relajar. Al llegar me sorprendí recordaba cada movimiento y detalle de la ultima vez que había estado en el lugar, el olor, las vigas de metal, nada nuevo los edificios de la nueva era no son lo mío. Aire libre primero, encerrarnos después. Nos pusimos al día, dejamos las diferencias de lado, éramos 2 personas distintas pero nos conocíamos demasiado. Me elimine tipo 5 a.m. Me esperaba la pandilla, que jamás se bajan de ninguna, al llegar al lugar con cerveza en mano nadie acoto nada pero el ambiente se notaba que habían hablado al respecto. Encontré al cómplice que comunico el mensaje con mi paradero le sonreí y entendí que solo quería lo mejor para ambos. Una vez mas me sorprenden, me hacen enojar y vuelvo a entender que sin ellos nada es lo mismo. De ella nada que decir, la extrañaba demasiado, comprender, amar y curar sus mejores cualidades, las mías veremos. Una vez mas el primero en la pandilla en morir.

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